Cada gesto, cada palabra, quedaron en ti clavadas,
Todo ese sueño que por tu mente pasaba,
Ese juguete roto por el que el niño lloraba,
O ese beso por el que tú esperabas,
Déjame adentrarme en tus pensamientos,
Para conocer la historia de tu vida…
Para saber la causa de esas lágrimas que se escapan de tus ojos,
De esa sonrisa que se dibuja en tu cara,
Dame una razón para no pensar en que eres un reflejo en ese espejo,
Un alma olvidada, que lucha por romperlo,
Traspasar las barreras cuyas mentiras provocaban,
Todos los días me pongo frente a él…
Y no para de admirar tan escuálida figura,
Que se va demacrando con los segundos que pasan,
Se desvanece poco a poco porque no le queda nada,
Tan solo y es tan solo de vez en cuando… se ve aviva en él una pequeña llama,
Que quiere crecer pero que con el frio se espanta,
Pide calor su cuerpo, más nadie atiende a sus ruegos,
Pasa desapercibido en cuanto al mundo,
Y sufre en silencio un tormento profundo,
Solo pide que le recompongan el corazón cual puzzle,
Pide a gritos que le den un motivo…
Para de nuevo mirar por ese hueco tan pequeño,
Esa ranura por la que entra una miseria de luz,
Que mantiene viva su esperanza,
Tan solo una razón para no descoser sus miembros,
De ese inmundo cuerpo y acabar con su existencia,
Esa muñequita de trapo que habita en su sueño,
Por la cual espera y espera…
Para que un día su llegada le de las fuerzas que necesita para renacer,
Y escapar de ese hueco en el que habita en este mismo momento,
Esperando a que llegue su fin…
Por un beso de sus labios, tan solo por una mirada suya evita morir…
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