Déjame...

Ardo en deseos de probar tu piel, de estremecerme entre tus brazos, de rasgar tus labios, dame tan solo un segundo para adentrarme en tu mente y hacer de ti mi marioneta para poder marcar tus pasos hacia mi cuerpo, dame tan solo un segundo para penetrar tu mirada con mis profundos ojos y luego en silencio desvanecerme porque me hago pequeña cuando tan cerca y tan ardiente te encuentro…

Déjame acariciar tu cuerpo déjame marcarte con mis uñas, déjame que con mis dedos recorra lo mas prohibido de tu ser, hagámoslo en la oscuridad para que nadie pueda ser testigo de tan intenso fuego que me quema por dentro, acerca tu boca tan levemente para que mi aliento te llegue y se adentre en los más hondo de ti, dame la llave de la seducción para poder recorrer tus pensamientos y complacer…

Esos deseos que para todos son inexistentes déjame que te tiente y en un susurro hacer que tu piel se erice, por haberte deleitado con el pecado que es mi voz…

Déjame  enredarme en tu cuerpo, sin que se pierda la magia sin que se pierda el deseo , dime lo que más tu anheles , que yo lo haré realidad esa fantasía profunda que solo existe en tus sueños y agárrame por las caderas , para evitar que me caiga , porque el vacío me inunda si solo un beso de tu boca yo pierdo , hazme sentir que no existe ni un intervalo en el tiempo donde se acabe lo nuestro, dónde se apague este fuego tan intenso que incendia nuestros cuerpos ,en lo más hondo, en los lugares más tenebrosos de este inmundo infierno, hazme danzar entre tus piernas , porque mi cuerpo te anhela y si no te siente se congela y por mis venas la sangre no corre , seré tu corcel , en el que cabalgas al viento y el camino es intenso pero tú quieres recorrerlo.

Déjame que me pierda  en tus ojos profundos tan oscuros que me hacen enloquecer y no me pares si me aproximo demasiado , a lo que nadie ha de saber, déjame beber de tu boca , deja que de nuevo se aleje la cordura de mi ser, y solo ser presa de tu cuerpo desde las altas horas de la noche hasta que  llegue el amanecer , tan solo entonces yo podre enmudecer y callar ese verso que susurro mientras tú me enseñas todo lo que puedes darme, todo lo que tu llamas placer…